Éramos conscientes de su estado de salud, pero, aferrándonos a nuestra Fe, esperábamos. Y, como de costumbre, volvimos a errar.
Gracias a María, ha sido una bendición del Señor conocer a Mercedes.
El otro día volvimos a ver una película que compramos en una peregrinación a Medjugorje, sobre la vida y obra del Padre Slavko. Y uno de los momentos más vibrantes de la narración es cuando cuentan su muerte al pie de la Cruz del Kricevac después de rezar el Vía crucis con la parroquia, como cada viernes. Aquello produjo una consternación general en toda la zona y, en especial a los videntes, quienes mantenían con él una estrechísima relación personal. El Padre Slavko falleció a una edad muy temprana (54 años) y nadie se explicaba cómo había podido ocurrir aquello, cómo la Gospa había permitido que el gran motor de la expansión del espíritu de Medjugorje, el inventor de una gran parte de todos los eventos que allí se desarrollan, pudiera fallecer tan pronto.
Y eso, obviamente, no pudo pasar desapercibido para la Virgen María , y en el mensaje transmitido el día 25 de noviembre de 2000, día siguiente al fallecimiento del Padre Slavko, dijo: “Queridos hijos.! Hoy, cuando el cielo está de manera especial cerca de vosotros, os invito a la oración, para que a través de la oración pongáis a Dios en el primer lugar. Hijos, hoy estoy cerca de vosotros y bendigo a cada uno con mi bendición materna, para que tengáis fuerza y amor para todas las personas que encontréis en vuestra vida terrena y que podáis dar el amor de Dios. Me regocijo con vosotros y deseo deciros que vuestro hermano Slavko ha nacido al Cielo y que intercede por vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada.”
Y ahí se acabó el problema, se terminaron todas las dudas, se disiparon los temores. Siendo cristianos, no podemos desear nada mejor para alguien que queremos, que su Salvación. No existe nada mejor ni más anhelado que poder mirar a Dios a los ojos y ser protagonista de la gran mirada de Amor. Si a las personas que queremos disfrutamos con su compañía y a las que amamos de manera especial, disfrutamos mirándolas, ¡cómo tiene que ser esa mirada divina!.
Y a los que María nos ha premiado con la posibilidad de conocer a Mercedes, aunque sea al final de sus días, no dudamos que Mercedes ha nacido al Cielo y que intercede por nosotros, sobre todo por Pedro y por sus dos hijos, y por el resto de su familia, a quienes, de manera muy especial, tenemos presentes en nuestras oraciones.
L.Miguel Onieva
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